El resultado en el campo de juego fue en nuestra contra, pero en el aliento, la gloriosa y radikal Banda del Basurero (BDB) ganó por goleada. La familia edil se reunió nuevamente, abuelos, padres, hijos y nietos estuvieron en esa popular Sur que el visitante dijo que era suya.
Mientras en la cancha, el Muni no encontró nunca el gol y si mostró sus deficiencias, en Sur el aliento de la fanaticada edil iba creciendo y creció gol tras gol en contra.
La Banda no olvida ni perdona, y menos aun abandona. Y alentó y alentó, y al frente suyo, los seguidores del equipo contrario se peleaban entre sí.
Qué diferencia. Qué ejemplo. Aguante la Academia