Deportivo Municipal 1982, aun quedaba el equipo que nos clasificó a la LIbertadores. Foto: www.loslocosdesiempre.com

 

El Deportivo Municipal ha escrito páginas gloriosas en el Estadio Nacional, y con motivo de su reinaguración, el IPD y el Ministerio de Educación, publicaron un libro sobre el coloso de José Díaz, del cual extraemos una semblanza escrita por Eduardo “Flaco” Malásquez, sobre la Academia.

 

Por Eduardo Malásquez

 

Desde que llegué al Deportivo Municipal, allá por 1972, escuchaba a sus hinchas hablar de «La Academia» e inmediatamente asociarlo con los mejores exponentes del fútbol hecho arte: mencionar a los Tres Gatitos, a Claudio Lostanau y al extraordinario «Cholo» Hugo Sotil significaba recordar los mejores momentos del querido equipo de la Franja.

 

Entonces mi imaginación volaba y mi sentimiento por el «Muni» crecía; pasaron los años y en mi recuerdo quedaban partidos inolvidables.

 

Como la noche que, siendo calichín, jugamos contra Alianza Lima de preliminar del famoso encuentro que el combinado Municipal-Alianza le ganó al Bayern Munich de Alemania, volteándole el partido con una gran actuación de Sotil y Cubillas. Esa noche cumplí un sueño, jugar en el Estadio Nacional.

 

"El Flaco" Malásquez, Jaime "Diablo" Drago y "Pinocho" Gonzales. Foto: www.loslocosdesiempre.com

Pero hay también sueños comunes y la posibilidad de realizarlos, se dio una semana de febrero de 1981: el Deportivo Municipal jugaba contra el clásico rival Universitario, la opción de ir a la Copa Libertadores.

 

Ganamos el primer partido 2 a 1. La U ganó el segundo por 1 a 0 y llegó el encuentro decisivo…

 

Los nervios a flor de piel, la famosa garra de la U, su historia copera y el fanatismo de su gente. Mientras nos cambiábamos, en medio del olor a frotación, de risas nerviosas, de palabras de aliento que lejos de tranquilizarte te comprometían más, pensaba en la familia, en los hinchas, en nosotros, en el equipo.

 

Gamarra, Villanueva, Quintana, Quijaite, Campos, Costa, Bonelli, Sato, Argote, Drago, Garrido, Navarro y Malásquez, un grupo joven con ganas de hacer historia y por encima de eso, lo más importante, de lo que estoy convencido fue nuestro «plus». En un 80% éramos producto de las divisiones menores del club. Éramos más que amigos. Hermanos, hinchas de la Franja.

 

Pensando en el monstruo que nos esperaba, después de abrazos y hurras, salimos en fila y me encontré con el espectáculo más hermoso que recuerdo con la camiseta de Deportivo Municipal…

 

Imagen de la semblanza en el libro del IPD

Las graderías del Estadio Nacional, del coloso de José Díaz estaban totalmente llenas, cintas de papel, pica pica, aplausos, bombos, la campana de «Cotito» y un estruendoso e interminable Echa Muni tatac tatac, Echa Muni tatac tatac, que bajaba de las tribunas nos recibía con inmensa pasión.

 

La mitad de los hinchas presentes eran de «La Academia», en ese momento supe que el sueño se haría realidad. Que estaríamos en la historia del club más querido del fútbol peruano y por primera vez llegaríamos a una Copa Libertadores.

 

El partido fue de una emoción desmedida, los goles iban y venían, el resultado final fue Municipal 3- Universitario 2. En la historia de nuestro Estadio Nacional siempre existirá un lugar para La Academia y ese miércoles 10 de febrero de 1981, estará en el recurso de todos los que amamos, esa segunda piel llamada Deportivo Municipal.

 

Cortesía: Libro Una joya arquitectónica para el deporte peruano: El Estadio Nacional

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